Bueno. Ya llegó diciembre. No se por donde empezar. Creo que mejor me
hubiera quedado en la antigua versión de Blogger, ya que me ha
desconfigurado muchas opciones que tenía de la plantilla anterior. Esta versión
beta introduce nuevas aplicaciones, las cuales agradezco, pero al ver
el nuevo formato, así de atiborrado de cosas, pues que me ha dado
flojera ir descubriendolas.
Bah! Quiero consentirme a mi mismo casi en una forma onanista sin quedarme
estancado por factores que podrían frustrarme como lo es la tecnología,
o más bien mi obsesivo orden por hacerlo todo visualmente más apetecible.
Trataré de rendir cuentas de estos días que he estado alejado
de los días intensos, por así llamarlos. Caos es precisamente
lo que esperaba el 1 de diciembre a causa del cambio de poder,
pero no ha pasado nada. Toda la marea de sensaciones,
euforia, coraje, esperanza y demás a desaparecido.
Es más, después del medio día cuando Calderón entró apresurado,
yo creo porque sintió que lo iban a linchar, Me quedé bien dormido.
Ese día estube tirado en la cama bien agusto, no me levante para nada.
Sólo para ir a trabajar. Ya estoy esperando con ansias eso días de más ocio.
A lo mejor y me voy con mi hermano a Los Cabos, conocer La Paz,
ahí, donde Eloy Urroz se inspiró para crear "Las Remoras",
claro, no sin antes partir del DF y tomar un barco en Mazatlán
como yo mismo lo debería de hacer. Esto para los días
depués de Navidad. Después nos devolvemos, llegamos por mi Papá
y por Ivapem, yo se que se muere por irse de pata de perro con
toda la bola, ahorita dice que no, pero a último instante se nos pega.
Guadalajara, Lagos, Aguascalientes, León y el pendiente que tengo en
Ojuelos, y sí hay tiempo y presupuesto San Luis Potosí, San Juan y Zacatecas.
Lo más seguro es que sólo haremos el 50% del itinerario.
Pero tenemos algo a nuestro favor, un plus, somos estudiantes!
Y el 50% de descuento en nuestros traslados, hay que ahorrar.
Pasar el Año Nuevo con mi abuela Santos y mis tías Cálixta,
Julia, María, Malena, Lourdes, Natalia (de esta no me acordaba) y Cristóbal,y los demás de la
cañada. Y no estar en el mini-cine Henry esa tarde esperando que pase el
tiempo como el año pasado. Torcer el cuadro en el rancho con ojo
crítico y analítico, pues mi viejito se quiere ir a radicar por allá, yo no
me hago mucho del rogar.
Asombrarnos una y otra vez y de nuevo adentro de la Catedral,
estando en misa, escuchando a los viejitos cantar acompañados
de sus guitarras, haciéndonos del aroma de maderas e incienso de mirra.
Y ya estando afuera, comparar sus torres y poniendo atención a
los detalles con la esperanza de encontrar algo nuevo en
sus relieves y en la ornamenta tan laboriosa que tiene y por supuesto, relatar lo
que tenía o lo que se le calló perteneciente a nuestra época infantil
cuando era nuestra ciudad. Hoy, es un punto obligatorio al que debemos
caer, sentarnos es sus bancas nobles, con los arrullos de las palomas casi
imperceptibles a nuestros oídos. Saliendo por sus enormes puertas,
directo a la plazuela a degustar las guacamayas (bolillo con chicharrón de
cerdo y salsa de jitomate) o las tostadas, todos los degustantes sentados
en las bancas debajo de los árboles con la nariz escurriendo por lo
picoso de la salsa, viéndose uno a otro, y casi podría jurar que disfrutan
del ardor que se inflijen o de la pena de al que tienen enfrente, pero
no puede faltar su bote de agua de piña, sandía, granada, arroz o
lima.
Estoy en el trabajo, es domingo, no tengo muchos pendientes que deba
cumplir, escribo desde mi teléfono. Hay Teleton, más aburrido aún. Me
dedicó a contemplar a las personas que andan por la calle, a los zombies
que salen de las cantinas, ahí se dan los amigos de las borracheras,
pues unos salen acompañados bien juntitos, recargados el uno con el otro
par no caerse, el compadre que ya viendo la situación de su compañero
se ofrece a llevarlo a su casa en su caso, o como hace un momento pasaron,
en su bicicleta bien encaramados.
hubiera quedado en la antigua versión de Blogger, ya que me ha
desconfigurado muchas opciones que tenía de la plantilla anterior. Esta versión
beta introduce nuevas aplicaciones, las cuales agradezco, pero al ver
el nuevo formato, así de atiborrado de cosas, pues que me ha dado
flojera ir descubriendolas.
Bah! Quiero consentirme a mi mismo casi en una forma onanista sin quedarme
estancado por factores que podrían frustrarme como lo es la tecnología,
o más bien mi obsesivo orden por hacerlo todo visualmente más apetecible.
Trataré de rendir cuentas de estos días que he estado alejado
de los días intensos, por así llamarlos. Caos es precisamente
lo que esperaba el 1 de diciembre a causa del cambio de poder,
pero no ha pasado nada. Toda la marea de sensaciones,
euforia, coraje, esperanza y demás a desaparecido.
Es más, después del medio día cuando Calderón entró apresurado,
yo creo porque sintió que lo iban a linchar, Me quedé bien dormido.
Ese día estube tirado en la cama bien agusto, no me levante para nada.
Sólo para ir a trabajar. Ya estoy esperando con ansias eso días de más ocio.
A lo mejor y me voy con mi hermano a Los Cabos, conocer La Paz,
ahí, donde Eloy Urroz se inspiró para crear "Las Remoras",
claro, no sin antes partir del DF y tomar un barco en Mazatlán
como yo mismo lo debería de hacer. Esto para los días
depués de Navidad. Después nos devolvemos, llegamos por mi Papá
y por Ivapem, yo se que se muere por irse de pata de perro con
toda la bola, ahorita dice que no, pero a último instante se nos pega.
Guadalajara, Lagos, Aguascalientes, León y el pendiente que tengo en
Ojuelos, y sí hay tiempo y presupuesto San Luis Potosí, San Juan y Zacatecas.
Lo más seguro es que sólo haremos el 50% del itinerario.
Pero tenemos algo a nuestro favor, un plus, somos estudiantes!
Y el 50% de descuento en nuestros traslados, hay que ahorrar.
Pasar el Año Nuevo con mi abuela Santos y mis tías Cálixta,
Julia, María, Malena, Lourdes, Natalia (de esta no me acordaba) y Cristóbal,y los demás de la
cañada. Y no estar en el mini-cine Henry esa tarde esperando que pase el
tiempo como el año pasado. Torcer el cuadro en el rancho con ojo
crítico y analítico, pues mi viejito se quiere ir a radicar por allá, yo no
me hago mucho del rogar.
Asombrarnos una y otra vez y de nuevo adentro de la Catedral,
estando en misa, escuchando a los viejitos cantar acompañados
de sus guitarras, haciéndonos del aroma de maderas e incienso de mirra.
Y ya estando afuera, comparar sus torres y poniendo atención a
los detalles con la esperanza de encontrar algo nuevo en
sus relieves y en la ornamenta tan laboriosa que tiene y por supuesto, relatar lo
que tenía o lo que se le calló perteneciente a nuestra época infantil
cuando era nuestra ciudad. Hoy, es un punto obligatorio al que debemos
caer, sentarnos es sus bancas nobles, con los arrullos de las palomas casi
imperceptibles a nuestros oídos. Saliendo por sus enormes puertas,
directo a la plazuela a degustar las guacamayas (bolillo con chicharrón de
cerdo y salsa de jitomate) o las tostadas, todos los degustantes sentados
en las bancas debajo de los árboles con la nariz escurriendo por lo
picoso de la salsa, viéndose uno a otro, y casi podría jurar que disfrutan
del ardor que se inflijen o de la pena de al que tienen enfrente, pero
no puede faltar su bote de agua de piña, sandía, granada, arroz o
lima.
Estoy en el trabajo, es domingo, no tengo muchos pendientes que deba
cumplir, escribo desde mi teléfono. Hay Teleton, más aburrido aún. Me
dedicó a contemplar a las personas que andan por la calle, a los zombies
que salen de las cantinas, ahí se dan los amigos de las borracheras,
pues unos salen acompañados bien juntitos, recargados el uno con el otro
par no caerse, el compadre que ya viendo la situación de su compañero
se ofrece a llevarlo a su casa en su caso, o como hace un momento pasaron,
en su bicicleta bien encaramados.
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