9 de marzo de 2007

Centro Operativo Zaeth (COZ)

Mi habitación .

Mi habitación es minúscula, sus dimensiones son de 2.8 por 3.5 metros obteniéndose un área de 9.8 metros cuadrados. Las paredes están pintadas de un, gastado y en algunas partes cubierto por la mugre, blanco original de la construcción. El piso permanece en un rústico cemento y el techo es de unicel... [JA JA JA], pero solo una parte. A algunos les parecerá muy poco pero esto es suficiente para mí.

Hay una ventana, casi nunca deja de estar bloqueada por las cortinas que cambio con poca frecuencia. Hay un mueble de madera en el que reposa el equipo de cómputo Compaq, el módem y el multifuncional HP, que ya no imprime; aquí también guardo algunos cd's sobre todo los que almacenan programas, tareas y música en formato MP3. Luego hay unos cajones en los que hay muchos papeles, varios de ellos son tareas entregadas, o sea que son hojas para reciclar.

En la habitación también está mi cama, ahora con un juego de sábanas en siempre varonil colorido rosa rematando el diseño con la imagen de Barbie, en versión pirata [¡Qué caramba!]. A un lado de la cama hay un cajón viejo de madera, (éste sí es de madera compacta y no como el mueble de la computadora que está hecho de triplay), en él guardo mi colección de números de la revista Muy Interesante que compro mensualmente, encima están mis cuadernos viejos esperando a ser reutilizados luego de que los haya integrado en uno solo, enseguida de mis cuadernos están los libros que ocupo más seguido y los que no cupieron en el librero por ser demasiado altos. Encima del cajón está la siempre socorrida caja de plástico en la que llevo dulces al Tecnológico, mi mochila y las cajas del módem y cámara web. A un lado del cajón, el viejo y olvidado violín que por las prisas no he elegido bien y ha salido de una calidad altamente cuestionable.

Mi ropa se divide en dos grupos, la que utilizo para ir al Tecnológico y la que uso en casa. Mis pantalones y camisas están enganchados a un tubo en el que también penden el par de cinturones. El resto de mis prendas están guardadas dentro de un velís negro y polvoso. Por último está mi calzado alineado en pares a lo largo de la pared. Y debajo de la cama solo hay una pesa que no utilizo desde que hace dos o tres años.

Tomado de aquí

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