29 de marzo de 2007

Topo

Hoy he ido a la escuela. Me he escondido de mis compañeros. En la prepa a un costado de los talleres de refrigeración y un que otro laboratorio que no alcance a distinguir. Frente al departamento de deportes y justo frente a la playa, playa que contaminada reflejaba una radiantes que me hizo sentir cómodo, como si augurara que este día seria diferente a los demás en los que he estado como topo. Y yo no soy el topo, yo no soy el espía que se debería de imaginar.

Las secretarias de Tecnológico me recomendaron volver en 30 minutos por el documento que solicite. Acto seguido me fui a donde les confieso, a perder ese “breve” lapso de tiempo, acompañado de una botella de agua de 600 ml. Solo ella y yo y observando a la pasadera de gente, Estaba frente al estacionamiento, estaba frente a todo eso a la vez. Un tipo muy molesto, orgulloso de su carro y sintiéndose el peor fanfarrón que aun no había quedado en el camino, como la extinción de los dinosaurios. A su lado su lamebotas, que tal vez le soportaba todo por los privilegios de no andar a pata. Se podía ver como amaba su carro, tal vez su única manera para ligar y llevarse a “chavitas” de raite con otro propósito del mismo bachillerato, será lo que sea, muy grotesco a mi vista.

Paso el tiempo, me fui de carrerita y casi como topo, a la expectativa de no ser cachado por mis compañeros ni por maestros. Me senté en la sala de la dirección. Una sala de muy mal gusto, improvisada a ultimo omento por motivo del 25 aniversario de la Casa Académica, en cuya mesa de centro reposaban 3 revistas de turismo, una acerca de las vacaciones que nos “merecíamos” en Japón, otra mas acorde a nuestro nivel económico, pero aun así inimaginable, Los Cabos, y la otra, que tal vez ha de haber sido menos ojeada, una de la misma SEP, del área de Institutos Tecnológicos, que ni siquiera me indigne a palpar su portada con la mínima curiosidad de ver que fotografías trajera en su interior.

En eso que entra mi única compañera, bien despistada como ella, a 2 metros y que ni me mira, yo casi aliviado, pero que da su mirada hacia el sillón y que caigo en su área visual. Nos saludamos, al parecer le dio gusto verme y había olvidado aquel viejo olvido de llevarle su tarea impresa por la que un demás compañero me había dicho que había rabiado del coraje, no lo dude, pues ella es exageradamente compulsiva y adoradora del orden y el control, y haberme delegado tal responsabilidad a mi, después de yo mero pedirle que me dejara eso a mi, pues no le ha de haber dejado un buen sabor de boca. Platicamos un rato, andaba buscando un maestro para que les adelantara y al cabo de 15 minutos salio de la dirección rumbo al aula P2.
La secretaria se incorporo a sus labores, para tal momento, después de 1 hora casándola, pues que me doy cuenta de que ya tenia el tercer lugar en la cola. Los atendió muy rápido, y ya pase yo por mi acometido.

Llego a casa de mi padre, después de un poco más de una semana de no haberme parado por una que otra razón que ahora veo inverosímil, pero que tal vez le di n peso exagerado. Lo reconozco, se llevar las cosas a puntos estratosféricos. Lo encuentro huraño, molesto por la influencia de otras personas, por la acciones de las mismas, enojado, me regaña, me manda a la cocina a que le haga el desayuno mientras va al banco. No tardo ni un minuto cuando ya estoy atendiendo los menesteres que me ordeno, y cavilo… Eso si es control, y mas en como decirle a su hijo, “metete a la cocina y has lo tuyo”. Y se queja aun. Desayunamos muy bien, eso si, ya tenia rato que no lo hacia así, terminamos exhaustos de tal. Se contento, platicamos, todos sus corajes se hicieron nada, Dormí, desperté, y termino esto.

No hay comentarios: